¿TU INFANCIA TE SIGUE AFECTANDO? DESCUBRE LA NEGLIGENCIA EMOCIONAL Y CÓMO AFRONTARLA

La negligencia emocional no es algo que te hicieron, sino algo que te faltó. Durante la infancia, el reconocimiento y validación de nuestras emociones es crucial para formar una identidad emocional saludable. Pero, ¿qué sucede cuando esos pilares nunca estuvieron? La negligencia emocional en la infancia deja una huella silenciosa que puede influir profundamente en la vida adulta.
Es importante destacar que haber experimentado negligencia emocional en la infancia no determina de manera inevitable que una persona tenga problemas psicológicos en la adultez. Aunque este tipo de experiencias puede influir en el desarrollo emocional, no todas las personas que vivieron una falta de reconocimiento y validación emocional presentan dificultades en su vida adulta. La relación entre negligencia emocional y problemas psicológicos es correlacional, no causal. Cada individuo tiene factores de aprendizaje únicos que pueden ayudarle a adaptarse y desarrollarse de manera saludable a pesar de estas experiencias.

Hace unos días (o tal vez semanas) os hablé del apego, de como las cosas que nos pasaron en la infancia son importantes pero no tienen por qué definir cómo es nuestra vida ni quienes somos ahora, en el presente. Enlazando con ese tema, hoy me encantaría hablar de este concepto tan importante, responsable de que sientas y percibas que lo que te pasó en los primeros años de tu vida te sigue afectando de alguna manera en la edad adulta. Como ya te he introducido, hoy vamos a hablar de la negligencia emocional.

⁠Negligencia Emocional es un término acuñado por la Dra. Jonice Webb, licenciada en psicología y reconocida por su trabajo en la definición, descripción y atención de la negligencia emocional infantil (CEN: Childhood Emotional Neglect).⁠ Se trata del efecto que tiene el descuido emocional de los padres, tutorxs o cuidadorxs, hacia los niños, quienes crecen en ambientes en los que no se les enseña a entrar en contacto, experimentar y comprender sus emociones.
Resumiendo: la negligencia emocional es una falta de atención a las emociones y los sentimientos de unx niñx, tanto en lo que experimenta como en cómo responde a eso que experimenta.
La negligencia emocional, al ser un acto de omisión, suele pasar desapercibida y no deja huellas visibles. La negligencia emocional es un espacio en blanco dentro de la fotografía de familia, el fondo en lugar del primer plano. Es un fenómeno silencioso, que puede impactar en el desarrollo emocional durante la adultez.⁠ Por eso, en esta entrada del blog me gustaría dar una serie de pautas a seguir para que puedas reconocerla y en caso de que la hayas padecido, algunos consejos para comenzar a darle forma a la situación desde el presente. Recuerda que lo que viviste importa y puede afectar tu capacidad de autorregulación y gestión emocional, pero eres tú, en tu vida adulta, quien define cómo responder a tus emociones y desarrollar habilidades que te permitan vivir de manera más plena y consciente.

La negligencia emocional no tiene nada que ver con el maltrato, el abuso o con las malas condiciones socio-económicas que una familia pueda atravesar en un momento determinado. No es algo relacionado con la acción, sino con la omisión, por ello puede suceder dentro de familias acomodadas y que tienen todas las necesidades materiales de lxs niñxs cubiertas.
Los infantes que están emocionalmente descuidados crecen y pueden hacerlo como adolescentes y adultos peculiares: podrían experimentar y mostrar un conjunto de luchas personales muy particular. Debido a que sus emociones no fueron validadas como niños, podrían tener dificultades para conocer y confiar en sus propias emociones como adultos. Podrían tener dificultades para comprender sus propios sentimientos, así como los de los demás. Debido a que una parte fundamental de su desarrollo (la emocional) ha sido negada, pueden encontrarse a sí mismxs desconectadxs, insatisfechxs o vacíxs. Pueden tener dificultades para confiar o depender de otras personas. Muchxs sienten que son diferentes a lxs demás; como si algo estuviera mal con ellxs, pero no están segurxs de qué es.
Además de no saber bien cómo gestionar sus emociones, las personas que han sufrido negligencia emocional en la infancia también podrían presentar problemas para orientarse en la vida ya que sus padres, tutorxs o cuidadorxs probablemente no les habrán dado las pautas necesarias para comprender la estructura social y las reglas por las que se rige. Podrían tener conductas desordenadas, caóticas y sentirse incapaces de mantener la mínima constancia y disciplina necesarias para conseguir sus metas en la vida, por eso será frecuente que se enfrenten a sensaciones de vacío, frustración e incapacidad.

mpacto de la negligencia emocional en la infancia
 

LA TRISTE REALIDAD

A veces, las personas no están preparadas para asumir el rol de cuidador-a. Existe una creencia errónea de que criar es algo “automático”, cuando en realidad se requiere aprendizaje para acompañar a otrxs en su desarrollo emocional. No validar las emociones de lxs niñxs ni enseñarles a gestionarlas es un error que muchas veces se ignora. Así, el ciclo se repite: quienes crecieron sin esta “inteligencia emocional” pueden, sin darse cuenta, pasar el mismo patrón a sus hijxs, perpetuando la falta de conexión emocional.

Si te sientes identificada, reflejado en todo esto que te estoy contando, lo primero es que te des cuenta de que la situación viene dada, que no eres responsable de ella ni debes culparte por cosas que no te corresponden. El primer paso para cambiar tu relación con las emociones es reconocer que lo que ocurrió en tu infancia no define quién eres hoy. Eso lo defines tú, con lo que estás haciendo en el presente o lo que decidas elegir hacer de aquí en adelante. Ahora tienes la oportunidad de aprender a escucharte, a cuidarte y a relacionarte de manera saludable con tus emociones. Empieza a practicar la autoaceptación y a buscar espacios donde puedas expresar lo que sientes sin miedo. Si esto te cuesta o no te ves preparado, lista para afrontarlo sin ayuda, pídela!. Somos muchxs lxs profesionalxs que nos hemos especializado en gestión emocional y estamos aquí para enseñarte, acompañarte y apoyarte en tu proceso.

 

NEGLIGENCIA EMOCIONAL: ANÁLISIS Y SOLUCIONES DESDE LAS TERAPIAS DE TERCERA GENERACIÓN

La Terapia Analítico-Funcional (FAP) nos ayuda a comprender cómo nuestras experiencias tempranas, como la negligencia emocional, han moldeado nuestras respuestas actuales en las relaciones. Las personas que sufrieron negligencia emocional suelen tener dificultades para confiar, compartir sus emociones y pedir ayuda. Desde la FAP, el objetivo sería observar cómo estos patrones de conducta se manifiestan en el presente y trabajar en el contexto terapéutico para crear un espacio seguro donde la persona pueda practicar nuevas formas de interacción.

Te cuesta pedir ayuda: Esta conducta evitativa es una respuesta aprendida para protegerse de la vulnerabilidad y del rechazo percibido en la infancia.

Autosuficiencia extrema: En la infancia, esta estrategia puede haber sido útil para evitar el dolor emocional, pero en la adultez impide la creación de conexiones íntimas.

Te sientes vacíx: Este vacío podría ser el resultado de haber ignorado y reprimido emociones durante años, lo que refuerza el sentimiento de desconexión consito mismx y con lxs demás.

Con un análisis funcional los y las psicoterapeutas observamos cómo estas conductas se manifiestan en el presente, tanto en la propia consulta como en otras áreas de tu vida. La idea es que puedas empezar a realizar comportamientos más flexibles y saludables dentro del contexto seguro de la terapia, y luego llevar esas nuevas habilidades a tus situaciones y relaciones cotidianas.

¿Qué te parece si vemos algunos ejemplos reales (aunque con nombres ficticios) para ejemplificar y entender mejor cómo analizo la negligencia emocional en consulta? Venga, vamos al lío!

 

ALGUNOS EJEMPLOS PRÁCTICOS

Antes de nada, quiero explicarte una cosita muy sencilla. El esquema ABC es una herramienta simple para entender por qué actuamos de cierta manera y cómo nuestros comportamientos están relacionados con lo que sucede a nuestro alrededor, o dicho de otra manera, este sistema ABC es como ese amigo que te explica por qué siempre acabas comiéndote todo el chocolate cuando estás estresadx 😅
ABC no es más que un acrónimo y hace referencia a:

  • Antecedentes: Es lo que ocurre antes de la conducta, como el entorno o la situación que la provoca.

  • Behavior (conducta): Es el comportamiento en sí, lo que haces en respuesta a esa situación.

  • Consecuencias: Son los resultados que obtienes tras tu comportamiento, que pueden reforzarlo o debilitarlo.

Este esquema ayuda a comprender qué mantiene ciertos comportamientos y cómo cambiarlos, justo lo que deseamos hacer aquí y ahora porque te lo recuerdo aún a riesgo de que me digas que soy más pesada que una tarde de agosto en Sevilla sin aire acondicionado: Tu pasado no te define, tus conductas en el presente sí.

Caso 1: Marta y la autosuficiencia extrema

  • Antecedente (A): Marta, de pequeña, creció en un hogar donde sus padres nunca prestaban atención a sus emociones. Cuando expresaba tristeza o miedo, le decían que “no pasaba nada” o que “lo superara”.

  • Conducta (B): Como adulta, Marta evita pedir ayuda en su trabajo y relaciones. Se esfuerza por resolver todo por su cuenta y, aunque se siente sobrecargada, nunca pide apoyo.

  • Consecuencias (C): Marta recibe el refuerzo negativo de evitar el malestar temporal de mostrarse vulnerable, pero a largo plazo, se siente cada vez más sola y desconectada de los demás.

En las sesiones, se podría observar este patrón en la relación terapéutica: Marta se resistía a compartir sus dificultades conmigo. A través de una conversación abierta y no crítica, poco a poco fui facilitando que Marta se sintiera segura para practicar pequeñas conductas de vulnerabilidad dentro de la sesión, reforzando positivamente cualquier acto de apertura emocional.

Caso 2: Jorge y la desconexión emocional

  • Antecedente (A): Jorge fue criado en un ambiente donde sus emociones no eran validadas. Cada vez que intentaba compartir lo que sentía, su familia lo ignoraba o cambiaba de tema.

  • Conducta (B): Ahora, cuando Jorge siente ansiedad o tristeza, tiende a aislarse y se desconecta emocionalmente, incluso de las personas más cercanas a él.

  • Consecuencias (C): Evitar hablar de sus emociones refuerza su sensación de seguridad a corto plazo, pero a largo plazo, alimenta una desconexión profunda con su pareja y amigos, quienes lo perciben como distante.

En las sesiones intento identificar las conductas de Jorge en relación a mi que son similares o equivalentes a las que realiza fuera de la consulta. Por ejemplo evitar hablar de lo que siente realmente o contestar “no sé” a preguntas abiertas sobre cómo es su estado emocional. Cuando Jorge expresa la más mínima emoción o verbaliza algo relacionado con cómo se siente, refuerzo a tope para ir promoviendo estas conductas de apertura y conexión emocional. Más adelante trabajaríamos en cómo extrapolar eso que sucede en la consulta a los contextos de su vida cotidiana.

Caso 3: Ana y la dificultad para pedir ayuda

  • Antecedente (A): De niña, Ana fue criada en un hogar donde pedir ayuda era visto como una debilidad. Sus padres siempre le decían que debía ser fuerte y resolver sus problemas sola.

  • Conducta (B): En la adultez, Ana se siente sobrepasada en su trabajo y vida personal, pero no pide ayuda por miedo a que los demás la perciban como “débil”.

  • Consecuencias (C): A corto plazo, Ana experimenta alivio al evitar la incomodidad de depender de otros, pero a largo plazo se siente agotada y resentida por llevar todo el peso sola.

En las sesiones intento crear un espacio en el que Ana pueda poner en marcha otro tipo de conductas y es posible que a veces la fuerce un poco a ello. Propicio situaciones para que ana pida apoyo emocional o para que reconozca y defienda sus propios límites. Cuando lo hace refuerzo estas acciones para que poco a poco se sienta segura y con fuerza para replicarlas en su vida cotidiana.

Caso 4: Carla y la autocrítica negativa

  • Antecedente (A): Carla creció en un ambiente familiar rígido y con muchas reglas, en el que la perfección además, no era una opción sino el estándar. Cualquier error era duramente criticado, lo que la llevó a desarrollar una autocrítica constante.

  • Conducta (B): Como adulta, Carla se juzga severamente por cualquier fallo, incluso cuando los errores son pequeños o insignificantes. Se siente inadecuada y tiende a evitar situaciones donde podría fallar.

  • Consecuencias (C): Aunque a corto plazo evita sentirse criticada por los demás, a largo plazo su propia autocrítica negativa le genera ansiedad y baja autoestima, afectando su capacidad para alcanzar metas.

En las sesiones voy tomando buena nota de las verbalizaciones de carla que son autocríticas negativas. En los momentos en los que observo que empieza a juzgarse y a meterse caña ella solita, actúo con la mayor empatía posible y le enseño técnicas de defusión de pensamientos y flexibilidad cognitiva para que pueda tomar distancia de lo que piensa y examinarlo (observarlo) desde otras perspectivas, así sus emociones incómodas pierden protagonismo y es capaz de salirse de lo que está pensando para ver que los hechos y la realidad sobre sí misma pueden ser bastante diferentes. Le enseño habilidades de aceptación y compasión y le explico todas las ventajas que también tiene el darse permiso a una misma para equivocarse y cometer errores.

Caso 5: Paula y la búsqueda incesable de aprobación

  • Antecedente (A): Paula creció en un hogar donde recibir atención emocional solo ocurría si ella cumplía con altas expectativas. Este refuerzo condicionado le enseñó que para ser valorada, debía ser “perfecta”.

  • Conducta (B): En la adultez, Paula busca constantemente la aprobación de los demás y tiene miedo de mostrarse como realmente es por temor a no ser suficiente.

  • Consecuencias (C): Aunque logra mantener relaciones superficiales, Paula nunca se siente plenamente conectada ni auténtica, lo que refuerza su creencia de que debe “ganarse” el afecto de los demás.

En las sesiones trabajamos y nos comprometemos en ser genuinas y auténticas. Muchas veces modelo estos comportamientos y me permito cometer errores o hacer el payaso para que vean cómo nos podemos permitir estas cosas sin percibirlas necesariamente como una amenaza, sino como oportunidades de crecimiento y de libertad. A medida que Paula se va atreviendo a ser ella misma a través de verbalizaciones, gestos u otras conductas más elaboradas, yo refuerzo y trabajo en la idea de que todos y todas somos suficiente tal como estamos, que no necesitamos ningún tipo de “perfección” para ser queridxs y apreciadxs por lxs demás.

 

QUÉ PUEDES HACER POR TI MISMX PARA COMENZAR A AFRONTAR ESTOS PROBLEMAS DERIVADOS DE LA NEGLIGENCIA EMOCIONAL EN TU INFANCIA?

Para abordar la negligencia emocional y sus efectos, puedes aplicar herramientas prácticas basadas en la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y la Terapia Dialéctica Conductual (TDC). Estos que te dejo aquí son solo unos poquitos, pero si estás en terapia o vas a comenzarla, no dudes en pedirle a tu psicólogx que ahonde y te de más:

Acepta la incomodidad emocional (ACT)

La evitación no es la solución. La ACT te anima a aceptar las emociones difíciles como parte natural de la vida. Hay muchos ejercicios útiles que puedes realizar como por ejemplo la CONCIENCIA EMOCIONAL PLENA. Puedes ver más sobre esta habilidad aquí, pero que sepas que si te suscribes a la newletter (2024), la vas a recibir gratis en tu correo en apenas unos segundos. Otro tipo de ejercicios prácticos para trabajar en la aceptación los son los ejercicios de defusión cognitiva para los pensamientos molestos. En esta otra entrada de blog tienes una guía. Finalmente también puedes practicar eso tan dificil que es aceptar. En ese caso te invito a leer este post sobre aceptación y, si estás decidida, resuelto a trabajarla, puede que te interese “Mi pequeño kit de aceptación”.

Vive según tus valores (ACT)

La ACT te ayuda a identificar y actuar de acuerdo a tus valores, aunque tus emociones te inviten a hacer lo contrario. Si valoras las relaciones auténticas, esto puede implicar ser vulnerable, a pesar del malestar que eso te pueda generar. Ejercicio: Pregúntate cuáles son tus valores clave (amor, honestidad, crecimiento) y busca pequeñas acciones que estén alineadas con esos principios. Todo este tema de los valores, lo reviso en mi curso de gestión emocional Vas A Estar Bien, que no sustituye a una terapia, pero en él se ven y se trabajan cosas que seguramente te pueden ayudar a estar mejor o incluso a decidir si quieres empezar o no un proceso terapéutico.

Regulación emocional (TDC)

La TDC (Terapia Dialéctico Conductual) se centra en aprender a regular emociones intensas para poder actuar de manera efectiva. Practicar la respiración consciente es una de las técnicas más simples y efectivas que vas a encontrar dentro de este enfoque terapéutico. Se trata de respirar normalmente pero enfocandote, atendiendo a tu tu respiración al mismo tiempo que observas y permites que tus emociones, sensaciones físicas y pensamientos disminuyan su intensidad. Esto te ayudará a responder mejor a situaciones estresantes y te la puedes descargar si quieres en el apartado de audioguías de la web.

 

Además y de bola extra, te dejo por aquí un TEST con instrucciones de aplicación y corrección que te ayudará a comprobar si la negligencia emocional en la infancia ha tenido influencia en tu vida como persona adulta. Solo tienes que hacer clic para iniciar la descarga y seguir las pautas. Es importante destacar que este cuestionario es una herramienta orientativa, útil para una reflexión inicial, pero no tiene la validez de un diagnóstico clínico. Sin embargo, para tener una visión más completa y precisa de lo que te ocurre, te animo a hablar con una psicoterapeuta que sepa hacer un análisis funcional de la conducta. Esto te permitirá entender qué patrones están manteniendo tu malestar y cómo abordarlos de forma efectiva.Si deseas una explicación más detallada y personalizada, puedes solicitar una sesión de valoración inicial. Durante esta sesión, analizaremos tu caso individualmente y te proporcionaré un plan de intervención hecho a medida.

 

 
 

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FUENTES CONSULTADAS

  • Nogueras, Ramón (2024). Por qué pollas haces eso: Una guía para entender nuestro comportamiento. Editorial: Kailas Editorial.

  • Barraca Mairal, Jorge (2012). Técnicas de modificación de conducta. Editorial: Síntesis.

  • Froxán Parga, María Xesús (2020). Análisis funcional de la conducta humana. Editorial: Pirámide.

  • Webb, Jonice (2012). Running on Empty: Overcome Your Childhood Emotional Neglect. Editorial: Morgan James Publishing.

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