¿ESTOY ENFERMA SI ESTOY DEPRIMIDA?
No hace falta que llegues al final para saber lo que pienso: estar deprimida no significa estar enferma. Lo digo ya, sin rodeos, porque no quiero hacerte perder el tiempo ni disfrazar este post de cebo emocional. Si has llegado hasta aquí buscando respuestas, o al menos un poco de claridad, quédate. Vamos a mirar de frente eso que te pasa, sin etiquetas y sin postureo.
DEPRESIÓN DE ALTA FUNCIONALIDAD: CUANDO LO DAS TODO HACIA FUERA PERO TODO SE CAE POR DENTRO
La depresión de alta funcionalidad no siempre se nota: detrás de la sonrisa o de la agenda llena puede esconderse un cansancio que no da la cara. No es debilidad ni falta de voluntad, es un modo de depresión que pasa desapercibido. En esta entrada te cuento cómo reconocerla y qué puedes hacer para empezar a aliviar ese peso.
Atiquifobia: el miedo a fracasar
Todos fracasamos en mayor o menor medida y, rara vez, las cosas salen exactamente como creíamos que sucederían. Incluso cuando todo va mejor que nunca, puede ocurrir algo pequeño e insignificante que devore en un segundo todo lo que ya habías conseguido.
Las diferencias entre estrés y distrés
Como todo hijo de vecino, yo también paso por temporadas de mucho estrés. Hago muchas cosas al cabo del día, lo cual me previene de caer en estados de abulia, apatía o depresión, pero tengo que tener mucho cuidado con esto de “no pasarme haciendo demasiadas cosas” o de lo contrario se me desquilibra la balanza y acabo de los nervios con un millón de listas de tareas por hacer. Los famosos “pendientes”, de los que no se cuelgan de las orejas (ni de ningún otro sitio) y que son capaces de amargarte la vida en un plis.